Faltó quórum.. como siempre
septiembre 03, 2009
, Posted by Fernando Arturo Subercaseaux at 1:08 a. m.
Curiosamente justo mientras todo el país estaba con los ojos encima del duelo de la Roja en Dinamarca hace unas semanas se estaba votando en la Cámara de Diputados una reforma constitucional que buscaba limitar la reelección sucesiva de parlamentarios, limitando a los diputados a 2 reelecciones y senadores a sólo una. ¿Qué pasó? La respuesta, bueno, es la misma de ayer, hoy y siempre: faltó quórum.
En 20 años en democracia, una y otra vez hemos escuchado como "faltó quórum" o "voluntad política" para muchísimas reformas, terminando el Congreso como un mero trámite administrativo que pone su firma en los mensajes presidenciales. Reformas educacionales, el si
stema binominal, el voto a chilenos en el extranjero, el Ombudsman, el reconocimiento de los pueblos indígenas, tratados internacionales sobre DD.HH y tantas otras propuestas en estos años han pasado al basurero por la "falta de quórum". Esta vez, quienes constantemente han negado quórum votaron por eternizarse en el Congreso... y seguir negando quórum.

Todos sabemos que la institución de los quórum es herencia del régimen militar, instaurada en la Constitución de 1980 y conservada aún tras las reformas constitucionales de 2005, donde simbólicamente se quitó la firma de Augusto Pinochet por la de Ricardo Lagos, tras lo que, según dicen algunos constitucionalistas, dejó de ser una Constitución dictatorial y pasó a ser una legítimamente fundada. En ella se establecen quórums más altos para la aprobación de reformas o legislaturas en determinadas materias, "en pos de la estabilidad". Es así como, por ejemplo, para poder reestablecer la pena de muerte en el procedimiento penal ordinario se requiere de quórum calificado, mayoría absoluta (50% + 1) en ambas cámaras del Congreso, pero para abolirla completa y definitivamente, quitándola de la Constitución, se requiere de una reforma constitucional, que en este caso particular requeriría el quórum más alto de todos (por reformar el capítulo de derechos y deberes): 2/3 de todos los diputados y senadores en ejercicio. Para ésta y muchas otras materias fundamentales se requieren altísimos quórums de aprobación para reformarlas, momificando así nuestra institucionalidad política.
Esta vez, nuevamente, se rechazó una reforma trascendental que habría permitido nuevos aires en un Congreso añejo, que, a diferencia del vino, sólo se hace más viejo y desagradable. Bajo un sistema electoral escasamente competitivo, donde salen electos parlamentarios con menos votos que otros en pos de la "estabilidad" (en realidad, esterilidad), donde gracias al mecanismo de doblaje en el 95% de los distritos y circunscripciones saldrá inevitablemente, votando el pueblo o no, uno de la Concertación y otro de la Alianza y donde las terceras y cuartas listas son meramente actos de presencia, la hipocresía de "el pueblo nos elige indefinidamente" resulta tóxica. ¿A quién más eligirían si tienen tan escasas opciones? No seamos tan ingenuos de creer en la "representatividad" del voto si el sistema electoral no lo es.

Para aprobarse, se requerían 72 votos a favor en la sala de la Cámara, pero faltaron sólo dos votos. ¿Quiénes votaron en contra? Obvio, los atornillados fósiles legislativos. De los 19 que votaron en contra, 13 llevan 12 años o más en el Congreso. Quizás sería aceptable reelegirse si en realidad fuera el pueblo quien tuviera la última palabra, pero no es así: de este "Team Fósil", 3salieron "electos" con menos votos que otros candidatos: Mario Bertolino (RN), Roberto Delmastro (RN) y Darío Paya (UDI). Este último horas después de votar twitteó el por qué votó en contra: "¿Por qué voté que no? Viva la renovación - por eso NO voy a reelección - pero en Chile el límite no es necesario: en cada elección han cambiado más de 40 diputados", pero no mencionó que si no fuera por el binominal no habría sido electo, ni en 2005 (sacando menos votos que Rodolfo Seguel) ni en 1993 (cuando sacó menos votos que Erich Schnake). Las cosas como son.
Si el sistema binominal de por sí es irrepresentativo y excluyente, la reelección indefinida sólo le añade un toque vomitivo al sistema electoral: un diputado (o senador) podría eternizarse en el Congreso siendo "electo" una y otra y otra vez con menos votos que otros candidatos. Y, por si fuera poco, luego le tiran la pelota a los partidos políticos por designar en los cupos parlamentarios a los mismos diputados 3, 4, 5, 6 veces y si no quieren reelegirse indefinidamente, que no repostulen. ¡¿Qué es eso?! ¡Si la política no es un mercado (aunque a veces pareciera serlo) para pretender que se autorregule libremente!
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